domingo, 6 de diciembre de 2009

Los libros de ediciones Sol & Niebla pueden adquirirse en Librería El Virrey (Nicolás de Ribera el Viejo 115, espalda de la Municipalidad de Lima) T. 427.5080. También pueden pedirse a los teléfonos de S&N 426.7964 y 999.295.484



Ugo Facundo CarrilloCavero
La memoria del agua

Ugo Facundo Carrillo Cavero, La memoria del agua.
Lima, ediciones Sol & Niebla, 2009. Género Poesía. 146 pp.


El tratamiento poético de algunas variedades de la papa en poemas breves, sugerentes, alejados de fórmulas simples y prosaicas, pero bebiendo de la sensibilidad de la lírica musical y la visión sagrada de las cosas es el aporte novedoso de Ugo Carrillo. Si bien sus fuentes vienen del plano mítico y del acervo emocional quechua, tanto los poemas de aparente sencillez como “Wayru”: “tutakunam llapallan wiychiykachaq quyllurta/ ichuq marqayninpi qatallispa/ suyapallasunki pisipasqaña/ sapatutayaypi/ ichapasyá achikyayta chayarimullawaq samasqalla”, como instancias donde el lenguaje es exigido al máximo, se trata de una nueva forma de hacer poesía quechua hablándole a los humanos a través de hermosos poemas escritos en la hojas de una planta generosa. Pero no es que la escritura esté impregnada en la naturaleza, ni que esta sea un texto post esctructuralista. El poeta y su escritura, cuando van camino a hanan, deben lograr participar del aliento cósmico del ser sagrado para que este le de la posibilidad a uno de escribir en sus hojas. Estos son poemas propiciatorios, casi actos rituales, que buscan el equilibrio cósmico del poeta y los humanos. De ahí la recurrente aparición de una imagen tan cargada como “umiy” y sus diversas variedades aglutinantes, que junto a “sunqu uku”, “qintil wayta”, “musquy”, “kuyay”, Apu etc. integran la vértebra emocional y simbólica de poemas que fluctúan entre la invocación sagrada, lo simbólico y un toque de barroquismo quechua en frases extensas que a veces presentan varias cláusulas subordinadas con ligeras variaciones de un término anteriormente dado. Es decir, recurren a la recurrencia alternante del huayno, pero no son lo mismo.


Cabe señalar que la presencia de lo mítico y religioso que en la poesía de Ugo Carrillo cubre al amor, la escritura, la abundancia y el trabajo corporal y espiritual de los humanos para conseguir la abundancia de la papa, debe ser vista como un rasgo intrínseco a la poesía no sólo quechua sino de varias otras poéticas indígenas, de las cuales la producción de los nativos americanos recibe el caudal de la poesía Maya, Awajún, Aymara, Shipibo, Kuná, Zapoteco, Maputungún, etc. Porque en el fondo la relación indígena con el lenguaje no está lejos de lo sagrado y no asume las separaciones de la red extensa sino por necesidad. (Fredy Roncalla).



Winqus

Sé que has llorado en miles de noches
también el libro lloró inundado por mis pensamientos
...sabiendo que nadie se condolía de ti.
Recién ahora conoces que el cantor de alegrías
lloró por ti en lagunas y ríos.
El poderoso autoritario no te lo podía contar
(porque si lo hacía)...
hubiera interrumpido tu cópula con la vida...
tu encuentro fecundo con la esencia de tu ser
tu apareamiento con el alma de la Pacha Mama.



Guillermo Faconí
Cazador de la noche



A comienzos de los años 70, un grupo de poetas veinteañeros, melenudos y casi siempre malhumorados, solía citarse en el bar Palermo, en el centro de Lima, a rumiar sus furias y sus penas, y a exaltar sus sueños y sus proyectos. Estaban contra todo y sólo creían en la poesía. Gestaban guerrillas literarias, despotricaban mediante panfletos y publicaban sus poemas en mimeógrafo. Generación gregaria, de grupos, de colleras, quien estaba fuera de ellas se condenaba al ostracismo literario, lo cual explica la injusta postergación de algunos de sus más valiosos integrantes. Su elegida marginalidad era su Némesis.
Uno de esos espíritus independientes, abierto a las diferentes inquietudes artísticas e intelectuales de su época, fue Guillermo Falconí (Canta, 1950), entonces estudiante de antropología en San Marcos, activista de izquierda y poeta sin consignas. Su inmersión en la poesía fue consecuencia de su apasionada lectura de la historia y la experiencia surrealistas que a partir de la revuelta estudiantil de Mayo del 68 se revaloró desde una nueva perspectiva libertaria. Con Breton y Artaud como autores de cabecera, empezó a forjar una poética basada en la irracionalidad de los sueños, y asumió la poesía como el ejercicio de la más absoluta libertad, una actividad casi secreta, ajena a la carrera literaria y aún a la institución del libro. Al igual que los primeros surrealistas, hizo de las revistas contestatarias su tribuna por excelencia. Cronopios (1974), Penélope (1979), Maestra Vida (1983) y más recientemente Sol & Niebla, acogieron sus poemas.


Con el sugerente título de Cazador de la noche, el presente breviario recopila un conjunto de textos surgidos de los experimentos del autor con la escritura automática y el coloquialismo en torno a los temas del amor, la mujer y los encuentros fortuitos. Su poesía –construída a la manera de un torrente de imágenes oníricas– puede definirse como un manifiesto del deseo y la perversidad, pero también del vacío existencial, del abandono y de la esperanza de un nuevo comienzo. Sus versos traman la apasionante búsqueda sin objetivos en las misteriosas ciudadelas del sueño o en la oquedad impredecible de los bosques. (Juan Carlos Lázaro).


BANGLADESH


(Memoria de dos mil años)



Y en el fondo de la niebla tu vida aparece
como un antiguo cuento.
Huele a tinta china y tiene el semblante
del Harlem Rag violeta.
Y has vivido tragando los vientos del sur
y los vinos del desierto
como un viejo busca fortuna en el fondo del mar.


Hoy escribo sobre ti
masticando chiclet y ajos en una estación
que da contra la muerte,
aquella que rota sus ojos negros alrededor de la Historia,
que busca tus abismos en
las plazas públicas de la ciudad
donde los patios coloniales
han oscurecido apestando a menta y Coca-Cola,
y mi mujer me abre sus piernas
para que yo respire el crepúsculo
de vuelta al mar y a su corazón.


Esta es la hora de la inmovilidad en otras manos,
la hora en que el sentido de las cosas
empieza a perfilarse entre las parturientas de
Munich, mujer.